El jueves 30 de enero de 1969 los cuatro componentes de ‘The Beatles’ ofrecieron su último concierto juntos y lo hicieron del modo más original que se les ocurrió: desde la azotea del edificio donde se encontraba el estudio de grabación y ensayo de Apple Corps, la empresa que ellos mismos habían creado para gestionar sus intereses personales y artísticos.
La relación entre los miembros de la banda se había resentido tras varias fricciones personales surgidos entre ellos y sabían que esa sería la última oportunidad que tenían para tocar juntos (la ocasión anterior en la que el grupo lo había hecho fue tres años antes, el 29 de agosto de 1966, durante la gira que hicieron por los Estados Unidos).
A lo largo de 42 minutos (sólo pudieron ofrecer medio concierto), los cuatro componentes de The Beatles (John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Star) junto al teclista Billy Preston (llamado por muchos ‘el quinto Beatle’) tocaron cinco canciones (algunas de ellas varias veces ya que se aprovechó la ocasión para filmar un documental y grabarlas para el que iba a ser un futuro disco), teniéndolo que interrumpir ante la presencia de varios "bobbies" de la policía londinense que acudieron hasta allí tras haber recibido la queja de algunos vecinos que protestaron por el ruido que salía de la azotea del número 3 de la calle Savile Row (muchos eran los ciudadanos que a esa hora se disponían a almorzar y encontraron molesto el hecho de que el grupo de rock más grande de la historia decidiese dar un concierto al aire libre).