martes, 30 de mayo de 2017

Cien Años de Soledad

"[…] que en cualquier lugar en que estuvieran recordaran siempre que el pasado era mentira, que la memoria no tenía caminos de regreso, que toda primavera antigua era irrecuperable, y que el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera." (p. 339)
En 1966, un periodista medianamente exitoso se dirige a Acapulco con su familia. Durante toda su vida, ha querido escribir sobre lo que supuso para él criarse en la casa de sus abuelos, pero todavía no sabe cómo transmitir el extraño entramado de supersticiones, conocimiento, religión, anécdotas personales y la historia global que lo rodeaba. De repente, una idea le viene a la mente: un pueblo sin porvenir, una familia que se repite constantemente, cíclica, completamente ensimismada y, sobre todo, un narrador que no realiza ni un solo comentario de juicio sobre la demencia que padecen los personajes o acerca de los hechos fantásticos y sobrenaturales que se describen a lo largo de la obra.
El periodista da media vuelta, conduce hasta su casa y vende el auto. Suplica a su casero y a las tiendas locales que le den dinero a crédito para poder mantener a su familia. Nueve meses más tarde, sale a la luz Cien años de soledad, una de las obras más importantes del siglo. Le vale el premio Nobel de literatura, se traduce a miles de idiomas y, así sin más, Gabriel García Márquez se convierte en uno de los autores más famosos del mundo. Nada mal, ¿no? Intenta escribir una obra maestra de renombre mundial en nueve meses y luego nos cuentas cómo te fue.
 ¿qué es lo que hace que este libro sea tan admirado en todo el mundo? Es probable que la lista de razones sea larga e incluya motivos tales como el hermoso uso del lenguaje, la magnífica imaginería y lo peculiar del estilo. Sin embargo, en el primer puesto se encuentra la asombrosa forma en la que García Márquez toma la complicada historia de Colombia, desde los tiempos en los que Bolívar libera la colonia de la dominación española hasta mediados del siglo XX y nos la transmite a través de los ojos de una familia ridículamente extensa y condenada a la desgracia y de un pueblo ficticio que comparte su misma desdicha.
En realidad no se trata de ficción histórica, el género en el que personajes inventados pasan a formar parte de hechos reales acaecidos en el pasado, como Rescatando al soldado Ryan o Historia de dos ciudades. Es cierto que tiene elementos de ese tipo de obras, un ejemplo sería la participación del coronel Aureliano Buendía en las guerras civiles de Colombia durante la segunda mitad del siglo XIX. No obstante, la novela ofrece mucho más que decir: "perico de los Palotes interactua con George Washington". La historia se entremezcla (sin observaciones de juicio) con las complicadas vidas de varios miembros de la familia Buendía y diversos fenómenos mágicos y sobrenaturales. Cuando se publicó el libro, era distinto a todo lo que se había leído hasta ese momento.
Una última cosa: si tu español no es perfecto y te preocupa el no ser capaz de entender el original, puede que esto te interese. La novela fue traducida al inglés en 1970 por Gregory Rabassa y Gabriel García Márquez dijo que prefería la traducción de Rabassa de Cien años de soledad al original en español. Eso no se escucha todos los días.
A primera vista, esta novela trata más que nada sobre la familia, pero no cualquier familia, sino una completamente disfuncional y a la que le faltan varios tornillos. Madres, padres, hermanos, tías, sobrinos, abuelos, todos tienen un toque particular de locura muy al estilo de los Buendía.
¿Sientes que a veces tu familia te saca de quicio? No te preocupes, Gabriel García Márquez tiene la cura. Es verdad, no es agradable que tus padres no den el visto bueno a tus elecciones amorosas, ¿pero alguna vez ordenaron matar a tu media naranja? Y seguro que te has peleado con tus hermanos por algo, ¿pero acabó convirtiéndose alguna de esas riñas en una contienda a muerte que durara varias décadas? A este nivel, Cien años de soledad proporciona una magnífica dosis de "podría ser peor".

martes, 23 de mayo de 2017

Día del Estudiante


El origen del día del estudiante se remonta al año 1929 cuando los estudiantes de la ahora Universidad Nacional Autónoma de México, se lanzaron a la huelga en favor de la Autonomía Universitaria.
Después de una serie de eventos y protestas que culminaron en una huelga general, los alumnos fueron agredidos brutalmente por la policía dentro de las instalaciones de la Escuela de Derecho el día 23 de mayo por tal motivo los alumnos de esta escuela reclamaron que ese día fuera recordado como el Día del Estudiante en honor a los agredidos y que la plaza de Santo Domingo en la Ciudad de México fuera llamada Plaza 23 de mayo o del Estudiante.
Un mes después se consiguió la autonomía de esta casa de estudios y con el tiempo en muchos de los estados del país se crearon o se tomaron espacios propicios para la relajación y el estudio y se les denominaron “Jardines del Estudiante”, en honor a esa lucha en pos de la Autonomía Universitaria. Desde entonces se ha venido celebrando cada 23 de mayo el Día del Estudiante, como un recordatorio de la lucha en pro de una educación más abierta y participativa.

Fuente: www.revistadelauniversidad.unam.mx

domingo, 21 de mayo de 2017

Día del Instituto Politécnico Nacional





El Instituto Politécnico Nacional fue creado el 1 de enero de 1936, por el entonces presidente de la República, General Lázaro Cárdenas del Río.




Para reconocer la labor del General y su compromiso con la educación y el desarrollo, el Consejo General Consultivo del IPN, reunido en sesión ordinaria del 20 de mayo de 1980, acordó establecer la celebración del Día del Instituto Politécnico Nacional el 21 de mayo, fecha del nacimiento de Cárdenas y el 21 de mayo por el día de fallecimiento de Juan de Dios Bátiz, uno de sus fundadores.

Según documentos oficiales del propio Instituto, el día representa "el trabajo de Cárdenas en pro de la reconstrucción del México post-revolucionario, el cual estuvo ligado a sus preceptos de soberanía y nacionalismo, pero específicamente, al apoyo que dio a la ciencia, educación y tecnología como palancas del desarrollo nacional".
Además, la celebración "simboliza la lucha y trabajo de generaciones politécnicas por consolidar esta prestigiosa institución".
Cabe señalar que el Consejo General Consultivo acordó, además, que cada 21 de mayo se entregara la presea Lázaro Cárdenas para "premiar a los mejores elementos de esta comunidad".
Fuente: www.decanato.ipn.mx

domingo, 7 de mayo de 2017

Historia de la Escuela Superior de Economía~65 Aniversario

En 1937, por acuerdo del presidente de la República, se incorporó dentro de la estructura del Instituto Politécnico Nacional la carrera de Economía. Los estudios de Economía se implantaron en la Escuela Superior de Comercio y Administración que adoptó el nombre de "Escuela Superior de Ciencias Económicas, Administrativas y Sociales" (ESCEAS). La carrera de economista se inició con 17 estudiantes, 12 provenientes de la "Universidad Obrera" y 5 que se habían inscrito en la carrera de contador. La planta docente estuvo integrada por 5 profesores.
Los objetivos establecidos para la carrera fueron:
  • Preparar especialistas en funciones técnicas de carácter económico.
  • Capacitar a los estudiantes en el planteamiento económico de México.
  • Dar los elementos técnicos para atender y corregir las implicaciones de la economía mundial sobre la nación.
  • Satisfacer la demanda social de profesionales de la economía.
  • Proporcionar a los egresados una preparación social y profesional al servicio de las mayorías nacionales.

En 1944, después de siete años de operar como una carrera de las que se estudiaban en la Escuela Superior de Ciencias Económicas, Administrativas y Sociales y como consecuencia de movimientos en los que participaron estudiantes y profesores de la carrera de Economía, se acordó la creación de la Escuela de Economía. Se extendieron los nombramientos de director y subdirector los cuales recayeron en los licenciados Guillermo Schultz y Gustavo Sandoval, respectivamente, pero por razones de presupuesto y una reducida población escolar, no se concretó su operación.
También en 1944, un grupo de estudiantes de la carrera de Economía pidió la separación de la Escuela Superior de Ciencias Económicas, Administrativas y Sociales en dos partes: la Escuela de Estudios Económicos y Sociales y la Escuela Superior de Estudios Administrativos, y solicitaron se nombrara un director y la separación del anexo de la escuela para la instalación física del nuevo plantel. En ese año la carrera tuvo 28 estudiantes.
Por varios años se mantuvo vigente la idea de separar la carrera de economista de la Escuela Superior de Ciencias Económicas, Administrativas y Sociales, para que fuera impartida en una Escuela Superior de Economía. El movimiento iniciado por estudiantes y maestros tomo fuerza con la generación de 1950, a la que, posteriormente, se sumaron los integrantes de la generación de 1951. En estas acciones tuvieron una significativa participación, entre otros:
  • Los estudiantes de la generación de 1950: Vicente Bertely Silva, María Bousquets de Bertely, Omar Vite Bonilla, Edelmiro Ramiro Castañeda Calderón, Roberto Rivera Salazar, Cuauhtémoc Moreno Jaramillo (autor del escudo de la escuela), Fidel Toriche Durán, Benigno Ramos Gómez, Andrea Flores Pérez, Beatriz y Elvia Martha García Heredia.
  • Los estudiantes de la generación de 1951: Benjamín Álvarez Melgoza, Alfredo Jiménez García, María Dolores Huerta Crespo, Armando Tello García, Óscar McSweeney Pérez.
  • Los estudiantes de generaciones anteriores a 1950: Aurelio García Sierra, Juan José Ochoa Salazar, Tomás Martínez López, Rafael Montaño Flores, Alfredo Fandiño Gamboa, Máximo Valdivieso, Moisés Carvajal Santamaría, Constantino Belmar Pérez, Graciela Pérez Rodríguez, Urbano Oviedo Cedillo, Felipe González López.
En ese movimiento también participaron algunos egresados de la carrera de economista como Salvador Ruiz Suárez, Alfonso Suárez Cabildo y otros.
Este grupo de estudiantes contó con el apoyo de varios profesores y profesionistas distinguidos, entre los que destacan Gilberto Loyo, Francisco Zamora, Eugenio Méndez, Rubén Fuentes Delgado, Roberto Robles Martínez, Eduardo Ruiz Castaño, Ricardo Orozco Belmont, Guillermo Villareal Caravantes, Gustavo Sandoval López, Otilio Esperanza, Luis F. Lanz Margalli, entre otros.
Como fruto de este movimiento, en 1951, después de muchos meses de acciones, siendo director general del Instituto Politécnico Nacional el ingeniero Juan Manuel Ramírez Caraza, se expidió el acuerdo de creación de la Escuela Superior de Economía y se fijó el 7 de mayo de 1952 como fecha de su inauguración. El día previsto, a las 18:00 horas, se llevó a cabo la ceremonia respectiva en el entonces gimnasio del instituto. La declaratoria de inauguración estuvo a cargo del oficial mayor de la Secretaría de Educación Pública, contador público titulado Santiago Fraga Magaña, con la presencia del director general del instituto. El discurso alusivo fue pronunciado por el estudiante Vicente Bertely Silva, secretario general de la Sociedad de Alumnos de la Escuela Superior de Economía.
A la Escuela Superior de Economía se le asignó el local que se encuentra en la esquina de las calles Carpio núm. 1 y Avenida de los Maestros, llamado por muchos años El Barco, e inició sus actividades con unos 60 estudiantes y 25 maestros que cubrían los 5 años de la carrera.
La ESE inició sus operaciones como una escuela vespertina y en 1968 se puso en marcha el turno matutino, con lo que se tiene un mayor aprovechamiento de los recursos, principalmente las instalaciones. En 1968, también para beneficio de estudiantes y docentes, se estableció el sistema de cursos semestrales y, posteriormente, en 1972 se ampliaron a 6 las opciones de titulación:
  • Tesis tradicional
  • Tesis colectiva (dos o más pasantes)
  • Tesis memoria
  • Examen por áreas básicas
  • Escolaridad (promedio de calificación superior a 9)
  • Cursar dos semestres de una maestría
Un paso de gran significado para el futuro de la actividad académica de la ESE fue la creación de la Sección de Graduados e Investigación Científica y Tecnológica, con la puesta en operación, primero de la maestría en Economía Industrial, en 1970, y posteriormente otros estudios de posgrado: en 1973 la maestría de Comercio internacional, y en 1974 la maestría en Desarrollo Económico y la aprobación por parte de la SEP del programa de doctorado en Ciencias Económicas. En la Sección de Graduados se inauguró, en 1984, el Proyecto Interdisciplinario de Medio Ambiente y Desarrollo Integrado (PIMADI), resultado de un convenio entre el IPN y la Universidad de Sorbona, París III. Operó por varios años como un programa más de posgrado en la ESE, pero luego fue cambiando a la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), y actualmente funciona como el Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios del Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD).
En 1985 empezó a funcionar el doctorado en Ciencias Económicas y en 1989 la maestría en ciencias con especialidad en Econometría.
A fin de proporcionar a los estudiantes la oportunidad de realizar sus estudios de economía a su ritmo -no mayor o menor tiempo que los cinco estipulados para la carrera de economía- y sin la obligación de asistir a clase de manera ordinaria, se estableció la modalidad de educación no presencial. En febrero de 1973 se creó la División de Estudios por Sistemas Abiertos que constituía un sistema de acreditación flexible. De esta modalidad egresaron varios economistas distinguidos. Al año siguiente se creó el Sistema Abierto de Enseñanza.
Varios egresados de la ESE han ocupado cargos importantes en la Administración Pública de México, destacando el Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León quien ocupó la Presidencia de la República de diciembre de 1994 a diciembre del 2000. 
La Escuela Superior de Economía cuenta con los murales de los artistas Gilberto Ramírez y José Hernández Delgadillo.

ww.ese.ipn.mx