La batalla de Maratón (en griego antiguo Μάχη τοῡ Μαραθῶνος, Máche toû Marathônos) fue un enfrentamiento armado que definió el desenlace de la Primera Guerra Médica. Ocurrió en el año 490 a. C. y tuvo lugar en los campos y la playa de la ciudad de Maratón, situada a pocos kilómetros de Atenas, en la costa este de Ática. Enfrentó por un lado al rey persa Darío I, que deseaba invadir y conquistar Atenas por su participación en la revuelta jónica, y, por otro lado, a los atenienses y sus aliados (de Platea, entre otros). Una proeza recordada en esta batalla fue la de Filípides, que recorrió, diferente a lo que se cree, el camino de Atenas a Esparta para pedir ayuda al ejército espartano, pues la amenaza persa se cernía sobre el mundo griego. Esparta rehusó ayudar a los atenienses, alegando encontrarse en fechas de celebraciones religiosas.
Tras la revuelta de Jonia, Darío decidió castigar a la ciudad griega que había prestado ayuda a sus súbditos rebeldes. Después de tomar Naxos y Eretria, la expedición persa, con el consejo de Hipias, que esperaba recuperar el poder en Atenas, desembarcó en la playa de Maratón. Tras cinco días cara a cara, las falanges ateniense y platense aplastaron a lainfantería persa que huyó y se embarcó de nuevo con fuertes bajas. El ejército griego se retiró rápidamente a Atenas para impedir el desembarco de la otra parte del cuerpo expedicionario persa en Falero, uno de los puertos de la ciudad.
Esta victoria puso fin a la Primera Guerra Médica. Diez años después, tuvo lugar un nuevo ataque por orden de Jerjes I. La batalla de Maratón desempeñó un papel político importante mediante la afirmación del modelo democrático ateniense y el inicio de grandes carreras militares para los generales atenienses como Milcíades o Arístides el Justo.
Maratón sigue siendo una de las batallas más famosas de la Antigüedad, sobre todo a través de las conmemoraciones que suscitó, como la carrera de maratón en los Juegos Olímpicos de 1896 en Atenas, a carrera de maratón fue inventada por el académico Michel Bréal para las pruebas de los Juegos Olímpicos de Atenas de 1896. Este amigo de Pierre de Coubertin le sugirió, tras el congreso para la restauración de los Juegos Olímpicos de 1894, organizar una «carrera de Maratón», como dijo entonces, entre el lugar de la batalla al borde del mar y la Pnyx. Se propuso incluso ofrecer una copa de plata al vencedor.
La carrera se funda en las leyendas en torno a la batalla de Maratón. La tradición relata dos proezas; la de Eucles, enviado de Maratón a Atenas para avisar de la victoria y que murió de agotamiento unas horas después de la carrera. La otra hazaña fue la de Filípides que recorrió 240 kilómetros para avisar a los espartanos del desembarco persa en Maratón. Sea cual fuera la historicidad de estos episodios, la proeza deportiva fue colectiva con la marcha de los hoplitas atenienses, justo después de la victoria, para impedir el desembarco persa en Falero. Esta marcha es la que Bréal decidió conmemorar. Se ofrecieron dos rutas para el recorrido, tal y como se ofrecieron a los hoplitas. La ruta directa pasaba por las montañas Cefisia —actual Kifissia— y Marusi. Era más corta pero más difícil. Había un camino litoral más largo por Rafina que rodeaba el monte Pentélico. Se juzgó que este último fuera el camino que con más probabilidad recorrieran los hoplitas y fue escogido para la «carrera de Maratón» de 1896. Es también el del recorrido de la Maratón anual de Atenas y fue el de los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004.
En 1982, oficiales de la Royal Air Force decidieron verificar si la afirmación herodotea de la carrera de Fidípides era plausible, principalmente su llegada a Esparta «al día siguiente». En dicho año, la distancia de 246 km fue cubierta por John Foden en 37 horas y 37 minutos. El año siguiente para la primera edición del spartathlon, el griego Yánnis Koúros empleó 21 horas y 53 minutos. El texto de Heródoto ha sido verificado de manera fehaciente.
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