miércoles, 5 de febrero de 2014

UN OASIS EN MEDIO DEL DESIERTO

El templo fue construido entre 1886 y 1897 por el Arquitecto Emilio Dondé. Fue edificado en donde estuvieron las capillas de la Purísima y la capilla de Nuestra Señora de Aranzazú que perteneció al Imperial convento de San Francisco de esta Nueva España.

El templo está dedicado al primer santo mexicano Felipe de las Casas Martínez en la Ciudad de México en 1572 y martirizado en Nagazaki, Japón, en 1597. Actualmente es templo expiatorio y está a cargo de la orden mexicana de Misioneros del Espíritu Santo en el interior del templo se encuentran los restos de su fundador el venerable Siervo de Dios Félix de Jesús Rougier, cabe notar que tambien es sede de la Adoración Nocturna Mexicana.Fue consagrado el 5 de febrero de 1897.
A fines del siglo pasado, nuestra Patria y la Iglesia mexicana vivían una época difícil (de persecución religiosa, permitiendo Dios este mal por los pecados del pueblo, de los príncipes, de los sacerdotes, de los religiosos, de las religiosas, y de los prelados). El pueblo cristiano fiel a Jesucristo anhelaba practicar libremente su fe y dar pruebas visibles de su fidelidad a Cristo.
En estas circunstancias, el siervo de Dios, Mons. Antonio Plancarte y Labastida, recibió de Dios la inspiración de construir en la Capital mexicana un Templo Eucarístico de expiación nacional, para implorar de Dios el perdón de los pecados nacionales (y arrepentimiento de los pecadores para que no vayan al infierno), en todas las áreas de trabajo y en todas las esferas sociales de la nación.
«Allí iremos todos a llorar —escribía Mons. Plancarte—: el mendigo y el opulento, el hombre y la mujer, el sacerdote y el seglar. Todos tenemos que llorar e implorar el perdón por lo pasado (por los pecados cometidos); todos necesitamos de luz y de auxilio para lo venidero (pedir gracia y misericordia a Dios para una vida santa y para no ir al infierno)».
Las obras de construcción comenzaron el 2 de agosto de 1886, y el 5 de febrero de 1897, con ocasión del tercer Centenario del martirio de San Felipe de Jesús, pudo celebrarse la inauguración y consagración del Templo Expiatorio.
Tres años después, el 12 de enero de 1900, al abrirse el siglo XX, se inició la Exposición perpetua del Santísimo Sacramento, que ha continuado sin interrupción, día y noche, hasta el presente.
Cinco años más tarde, el 5 de febrero de 1905, se estableció la Asociación de la Adoración Nocturna, que se ha extendido por toda la República Mexicana. Actualmente existen unos 4700 centros de Adoración Nocturna, con un total aproximado de tres millones doscientos mil adoradores. Y en 1931, el 8 de diciembre, los Misioneros del Espíritu Santo asumieron la responsabilidad pastoral de este Templo Expiatorio Nacional.
Tres son las principales tareas pastorales con las que este Templo ha cumplido su misión: la celebración diaria de la Eucaristía, el ministerio del sacramento de la Reconciliación y la Adoración perpetua del Santísimo Sacramento.
La celebración de la Eucaristía. Actualmente se celebran diariamente 8 o 9 misas. Haciendo un cálculo aproximado, según las crónicas del Templo, se han celebrado, a lo largo de estos cien años, más o menos trescientas diez mil misas, con una asistencia de unos treinta millones de personas; y se han repartido quince millones de comuniones.
El sacramento de la Reconciliación ha sido siempre un ministerio pastoral calificado y de primera importancia. Actualmente se da servicio de confesionario
de las 7:00 a las 14:00 horas; de las 18.00 a las 20.00; y de las 22:00 a las 23:00 horas.
La Adoración del Santísimo Sacramento es tal vez el rasgo más característico del Templo Expiatorio Nacional. Hasta el presente, en la historia del Templo de Felipe, ha habido un total de unas quinientas cincuenta mil horas de adoración diurna, y unas doscientas setenta y cinco de adoración nocturna. (DATOS A 2012, VERIFICACIÓN DE HORARIOS)
Todo esto constituye ante Dios y ante nosotros una asombrosa realidad espiritual.

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