sábado, 16 de julio de 2016

HERBERT VON KARAJAN

Fue el más destacado director de orquesta del periodo de la posguerra y posiblemente del siglo XX. Dirigió la Orquesta Filarmónica de Berlín durante treinta y cinco años. Realizó más de 900 grabaciones y vendió más de 300 millones de discos en todo el mundo.
Herbert von Karajan era hijo de una familia de la alta burguesía de Salzburgo, de ancestros aromunes. Su tatarabuelo, Georg Johannes Karajanis, nació en Kozani, en el tiempo que el pueblo pertenecía al Imperio otomano (hoy Macedonia Griega) y la dejó por Viena en 1767, trasladándose finalmente a Chemnitz (en Sajonia). Él y su hermano fueron fundadores de la industria del vestido de Sajonia, y ambos fueron ennoblecidos por sus servicios por Federico Augusto I el 1 de junio de 1792 (de ese modo se añadió el «von» a su nombre familiar). Así, el apellido Karajanis se convirtió en Karajan.
Nació en Salzburgo, en 1908. En 1929, realizó su debut oficial dirigiendo Salomé en el Festspielhaus de Salzburgo, y entre 1929 y 1934, Karajan fue primer Kapellmeister en la Ópera Estatal de UlmAlemania. En 1933, Karajan hizo su debut en el Festival de Salzburgo con la Walpurgisnacht Scene en una producción de Fausto de Max Reinhardt. Al año siguiente, y nuevamente en Salzburgo, Karajan dirigió la Orquesta Filarmónica de Viena por primera vez, y entre 1934 y 1941, Karajan dirigió óperas y conciertos sinfónicos en el Teatro de Ópera de Aquisgrán.
En marzo de 1935, la carrera de Karajan tuvo un significativo impulso cuando se inscribió como miembro del Partido Nazi ('Aufnahmegruppe der 1933er, nachgereichte'). Aquel año, Karajan fue nombrado el más joven director de orquesta alemán y fue director invitado en BruselasEstocolmoÁmsterdam y otras ciudades europeas. Más aún, en 1937, Karajan hizo su debut con la Orquesta Filarmónica de Berlín y la Ópera Estatal de Berlín (a la que dirigió desde 1939, en plena Segunda Guerra Mundial) con Fidelio. Disfrutó de un importante éxito con Tristán e Isolda y en 1938, fue bautizado por un crítico berlinés como «Das Wunder Karajan» (‘el milagro Karajan’). Al firmar un contrato con Deutsche Grammophon aquel año, Karajan realizó la primera de sus numerosas grabaciones dirigiendo a la Staatskapelle Berlin en la obertura de La flauta mágica. Sin embargo, Adolf Hitler recibió con desdén al afamado director después de que este se equivocase en un momento en Die Meistersinger von Nürnberg en un concierto de gala que Hitler ofreció para los reyes de Yugoslavia en junio de 1939. Al dirigir sin la partitura, Karajan se perdió, las cantantes se detuvieron, la cortina se rasgó en medio de la confusión. Furioso, Hitler ordenó a Winifred Wagner: «Herr von Karajan jamás dirigirá en Bayreuth mientras yo viva», y así fue. Después de la guerra, Karajan hizo lo posible para no recordar aquel vergonzoso y no tan glorioso incidente, que sin embargo salvó su carrera en la posguerra.
En 1946, Karajan dio su primer concierto en la posguerra, en Viena, con la Orquesta Filarmónica de Viena, pero después las autoridades de la ocupación soviética le prohibieron ejercer la dirección debido a su afiliación al Partido nazi. En el verano de ese año participó anónimamente en el Festival de Salzburgo. Al año siguiente se levantó la prohibición y pudo seguir dirigiendo. En 1948, Karajan se convirtió en director artístico de la Gesellschaft der Musikfreunde, Viena. También dirigió en el Teatro de La Scala de Milán.
Karajan convirtió a esa orquesta en una de las mejores del mundo. En 1949 se presentó en el Teatro Colón de Buenos Aires en una serie de conciertos sinfónicos. En 1951 dirigió un único ciclo completo de El anillo del nibelungo (alternándose del 11 de agosto al 15 de agosto con Hans Knappertsbusch), así como Los maestros cantores de Núremberg, y en 1952 Tristán e Isolda en el Festival de Bayreuth. En 1953, después de dirigir Tannhäuser, dijo que nunca más lo haría porque no sabía si sus emociones le permitirían terminarla con vida.
Aun así, asumió la dirección imponiendo la condición de que su plaza fuera vitalicia. Juntos realizaron apariciones por todo el mundo, obteniendo gran aclamación. En 1955, la orquesta hizo su primera presentación en Nueva York, desde donde comenzó una gira por los Estados Unidos, que fue repetida al año siguiente, y también durante varias temporadas más. En total, entre 1955 y 1958, Karajan y la Filarmónica de Berlín tocaron 105 conciertos en los Estados Unidos. Entre otros notables viajes internacionales se incluyen visitas a Japón, la gira de 1984 que los llevó también a Corea y sus primeros conciertos en China en 1978.
Entre 1957 y 1964, fue director artístico de la Ópera Estatal de Viena. Estuvo estrechamente vinculado con la Orquesta Filarmónica de Viena y el Festival de Salzburgo, en donde inició el llamado Festival de Semana Santa, evento que permanecería ligado al director musical de la Filarmónica de Berlín aún después de que Karajan dejara ese cargo. Dirigió el Concierto de Año Nuevo de Viena en 1987 y continuó interpretando, dirigiendo y grabando en forma prolífica hasta su muerte en 1989.
Karajan tuvo un papel importante en el desarrollo del formato original del disco compacto (alrededor de 1980). Apoyó esta nueva tecnología de grabación y apareció en la primera conferencia de prensa que anunció el formato. Los primeros prototipos de CD tenían una duración limitada a apenas sesenta minutos y a menudo se afirma que se amplió hasta los 74 minutos a instancias de Karajan, para que así cupiera en un solo disco la Sinfonía n.º 9 de Beethoven. Fue él quien grabó el primer CD comercializado y la obra que tuvo el honor de ser registrada en la ocasión fue la Sinfonía Alpina, de Richard Strauss.
Hay un consenso general sobre el don de Karajan para extraer una bella sonoridad de una orquesta. Donde la opinión varía es acerca de los grandes fines estéticos para los que el sonido Karajan era empleado.
Karajan murió en su casa en Anif, Austria, el 16 de julio de 1989 a los 81 años.
Era un gran aficionado y también un coleccionista de automóviles deportivos y motocicletas.
La grabación de Karajan para DG del vals del Danubio azul de Johann Strauss fue usado por el director de cine Stanley Kubrick para una secuencia en la película de ciencia ficción 2001: a space odyssey (Kubrick animó la secuencia para encajar con la música ya grabada ―lo opuesto a la costumbre usual en las bandas sonoras―). Kubrick también usó la grabación de Karajan en Decca del poema sinfónico Así habló Zaratustra de Richard Strauss para la secuencia inicial de la película. Algunos años después, Kubrick usó nuevamente grabaciones de Karajan, esta vez la Música para cuerdas, percusión y celesta (de Béla Bartók) en la película El resplandor.

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