El mismo año 1936 se celebraron elecciones generales en España, exactamente el 16 de febrero de 1936. A estas elecciones se presentaron muchos partidos políticos tanto de izquierdas como de derechas. El Frente Popular, la coalición de izquierdas que englobaba tanto al Partido Socialista Obrero Español como al Partido Comunista, Izquierda Republicana y otros tantos, consiguió la mayoría absoluta. Pero, ¿cómo comenzó exactamente la Guerra Civil Española?
Tras la victoria del bando de izquierda continuaron una serie de acciones terroristas que pretendían movilizar a la masa contra el gobierno, en el caso de los atentados de los falangistas y grupos de derecha, y para responder a los primeros en el caso de los grupos de izquierdas. Solo en el mes de febrero ya se contabilizaban por centenares los fallecidos en este tipo de acciones contra la situación política, social y económica del país.
El 16 de abril de 1936 uno de los hombres de José Castillo, un instructor de las milicias de la juventud socialista, asesinó a Andrés Sáenz de Heredia, primo del mismísimo José Antonio Primo de Rivera. Como represalia el 12 de julio fue asesinado el propio José Castillo. Este hecho desencadenó la venganza de la izquierda que terminó con la vida del diputado de Renovación Española, José Calvo Sotelo, al mismo día siguiente. Este asesinato del líder de la derecha terminó por decantar la balanza de los indecisos al golpe de estado (entre los que, según Paul Preston, se encontraba el propio Franco) a llevar a cabo una acción que conllevaría un conflicto bélico en nuestro país.
El 18 de julio de 1936 los militares más conservadores del Ejército español se levantaron en armas contra la República. Este acto significaba el fin del experimento democrático realizado en España desde abril de 1931. La caída de la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera y el descrédito de la Monarquía habían posibilitado la proclamación de la II República Española como panacea que pretendía sacar al país de su histórico atraso. Sin embargo, los años que van desde 1931 a 1936 se convirtieron en fiel reflejo de las contradicciones de la sociedad española. De un lado muchos pedían un cambio social y económico profundo que acabara definitivamente con el poder oligárquico en España. Del otro, ese mismo poder, apoyado por el Ejército y la Iglesia, luchaba por defender su posición privilegiada. Las elecciones de febrero de 1936 sólo sirvieron para dividir aún más a los españoles y tras el triunfo del Frente Popular la oligarquía ya solo tuvo fe en una acción salvadora del Ejército que librara a España de la anarquía y la revolución. Se daba paso así a la Guerra Civil Española.
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