lunes, 1 de agosto de 2016

La Fiebre del Baile de 1518

La epidemia de baile (o la plaga de baile) fue un caso de coreomanía ocurrido en Estrasburgo (Francia) en julio y agosto de 1518. Diversas personas comenzaron a bailar sin descanso durante días y, al cabo de aproximadamente un mes comenzaron a sufrir invalidez en las piernas, ataques epilépticos, la mayoría murió como consecuencia de infartos, derrames y agotamiento.
Se desconoce el porqué de esta «epidemia», aunque se supone que se trató de un caso de histeria colectiva.
Los hechos se iniciaron a mediados de julio de 1518, cuando una mujer, Frau Troffea, comenzó a bailar fervorosamente en una calle de Estrasburgo. Este hecho se mantuvo por cuatro a seis días. En una semana, se habían unido 34 personas más y en un mes cerca de 400 bailarines. Algunas de estas personas finalmente murieron de ataques al corazón, derrames cerebrales o agotamiento.
Documentos históricos, incluyendo «apuntes de doctores, sermones, crónicas locales y regionales e incluso notas publicadas por el municipio de Estrasburgo» son enfáticas en que las víctimas bailaban.
A medida que la «epidemia» de baile empeoraba, nobles preocupados con lo acontecido buscaron el consejo de médicos locales, quienes sugirieron causas astrológicas y sobrenaturales, en vez de anunciar que la epidemia se debía a una enfermedad causada por un aumento en la temperatura de la sangre. Sin embargo, en vez de prescribir sangrías, las autoridades persuadieron a que la gente continuara bailando, en parte abriendo dos mercados e incluso construyendo un escenario. Lo anterior debido a que creían que si las personas bailaban día y noche se mejorarían. Para incrementar la efectividad de la cura, incluso contrataron músicos para mantener a los enfermos bailando. Algunos de los bailarines fueron llevados a capillas, donde buscaron la cura de su enfermedad.
El historiador británico John C. Waller ( siglo XXI) afirmó que un corredor de una maratón no podría haber resistido el intenso trabajo físico que mató a hombres y mujeres siglos atrás. Además, Waller propuso en su libro A time to dance, a time to die: the extraordinary story of the dancing plague of 1518 (2008), que una posible época de extrema hambruna pudo provocar fiebres altas que impulsaron momentos de desenfreno sin control.

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